A 30 años de su muerte, Río de Janeiro rinde homenaje a Tom Jobim, uno de los músicos más influyentes del siglo XX. El compositor, arreglador, director de orquesta y cantante es reconocido mundialmente por canciones icónicas como A felicidade, Garota de Ipanema y Corcovado. Su vida estuvo marcada por su profunda conexión con Río, ciudad que lo inspiró y fue su musa. Jobim, conocido por su contribución a la bossa nova, colaboró con figuras legendarias como Vinícius de Moraes, Frank Sinatra y Ella Fitzgerald.
Durante su carrera, Jobim se asoció con grandes artistas internacionales y brasileños, como Stan Getz, Gal Costa y João Gilberto, con quien co-creó el género bossa nova. Su composición Garota de Ipanema se convirtió en la canción brasileña más grabada de todos los tiempos, alcanzando reconocimiento global. A lo largo de su vida, Jobim dejó un legado musical que trascendió fronteras y se consolidó como una de las figuras más destacadas en la música del siglo XX.
En diciembre de 1994, Tom Jobim falleció en Nueva York, a los 67 años. La noticia conmovió a la comunidad musical internacional, y figuras como Frank Sinatra expresaron su tristeza por la pérdida de un amigo cercano y un talentoso músico. Dos años antes, la escuela de samba Mangueira le rindió homenaje en el carnaval carioca, dedicándole un desfile inspirado en su canción Se todos fossem iguais a você.
Río de Janeiro celebra el legado de Jobim con diversas actividades, incluyendo la exposición Tom Jobim: discos en solitario, en el Jardín Botánico, donde los visitantes pueden explorar su carrera a través de fotografías, grabaciones y objetos personales. Además, el Tom Jobim musical se presenta en el Teatro Casagrande, una superproducción que recorre la vida y obra del artista. La ciudad también honra su memoria con la estatua de Tom Jobim en Ipanema y el Aeropuerto Internacional Galeão, que lleva su nombre como un tributo a su amor por la ciudad.